En la eternidad de lo imposible
En la imposibilidad de la monotonía
Hasta que el desencanto hizo acto de presencia
Y el hada descubrió todos los
trucos del mago
Y ya no hubo sorpresa
La varita pasó a ser el puntero
A través del cual señalábamos nuestros
vicios
Esos que antes nunca molestaban
Esos que antes nunca molestaban
Entonces renunciamos a lo nuestro
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