miércoles, 8 de diciembre de 2010

Y vos que te exilias sin dejar pistas…
Para encontrarte,
Para inventarte,
O, al menos, desilusionarme…
Evitando, así, perpetuar esta búsqueda incoherente…
Triste.

Y a mí que no me sale otra cosa que deambular:
Por mundos donde la realidad es la que yo quisiera que sea,
Por regiones donde las ilusiones son materia,
Causa,
Efecto,
Consecuencias amenas.

Pero nada parece hacerme renunciar…
Cambiar la dirección,
Demasiado ambiciosa,
Poco feliz,
Quizá ridícula
E ingenua.

Hasta la sorpresa trasmuta
Y se convierte en rutina gris,
Aburrida,
Predecible.

Los días se me gastan,
Sin particularidades que los coloreen,
Y saber que, algún día, se acabarán…
Sin más…

Qué hacer…
Cómo,
Cuándo…
Por dónde buscar…
Por dónde encontrar…
O encontrarte…

La vida, un cronómetro poco sutil,
Gasta almanaques sin reparos,
Todo fluye tan deprisa,
Pero nada parece alertarte,
Extremarte,
Hacerte real…
Indiferente al tiempo,
Que corre raudo,
Te erigís en los sueños
Tan soñados que ya aburren,
Pero no tienen nombre,
Mucho menos ganas…
Sino harías acto de presencia…
  
Claro que no debería incriminarte,
No sos el responsable,
O quizá si…
Pero inconscientemente,
Porque fui yo quién te dio ese lugar…
Y resulta imposible desalojarte…

No hay comentarios:

Publicar un comentario